DEUDAS DISPUTADAS
Una alternativa es luchar contra las deudas impugnadas. Si un acreedor le reclama el pago de una deuda que usted no cree justificada, puede defenderse contra la acción del acreedor. A veces puede haber una disputa real sobre si se debe una deuda. Por ejemplo, un contratista de mejoras en el hogar puede concertar un préstamo hipotecario para pagar el trabajo, pero luego hacer un trabajo de mala calidad o no terminar el trabajo. Del mismo modo, puede haber tergiversaciones en una transacción para comprar un coche o para financiar alguna otra compra importante. En estos casos, la solución puede ser luchar contra la deuda en los tribunales.
DEUDAS NO DISPUTADAS
Si una deuda no se discute, algunas de las otras alternativas a la quiebra incluyen:
- Llegar a acuerdos de pago informales con los acreedores. Si sus deudas son relativamente pequeñas, puede llegar a acuerdos con sus acreedores y evitar un procedimiento de quiebra. Las agencias de asesoramiento crediticio sin ánimo de lucro suelen ayudar a llegar a esos acuerdos.
- Refinanciación de deudas. Un deudor puede concertar un préstamo de consolidación de deudas que le permita pagar las facturas a medida que vayan venciendo. Aunque un préstamo de consolidación de deudas no elimina ninguna de ellas, el nuevo préstamo puede tener un vencimiento más largo y un tipo de interés más bajo que el de las deudas individuales. Sin embargo, los deudores deben ser muy cautelosos a la hora de consolidar deudas no garantizadas, como las de las tarjetas de crédito, en un préstamo hipotecario, porque al hacerlo suelen transformar las deudas que pueden eliminarse en la quiebra en deudas que no pueden eliminarse.
- Ayuda financiera en virtud de la ley estatal. A menudo los estados tienen programas que le ayudarán con las facturas de los servicios públicos o de la hipoteca. Antes de declararse en quiebra, debería investigar estos programas.