Cuando los cónyuges no son capaces de llegar a un acuerdo por su cuenta sobre la división de sus bienes, tendrán que pasar por el proceso de distribución equitativa que lleva a cabo el tribunal.

El proceso de reparto equitativo llevado a cabo por el tribunal implica tres pasos, que incluyen:

• Identificación - El primer paso para el tribunal es determinar qué bienes son conyugales y cuáles son separados. Los bienes separados incluyen los que se poseían antes del matrimonio, los heredados y las donaciones. Sin embargo, cualquier propiedad separada que se utilizó para comprar bienes raíces de propiedad conjunta puede ser considerada propiedad marital.

• Valoración - A continuación, el tribunal asignará un valor a cada elemento de los bienes gananciales. Por lo general, el tribunal puede considerar la evidencia de la cantidad que un comprador dispuesto pagaría a un vendedor dispuesto - conocido como valor justo de mercado. La determinación del valor de los bienes conyugales a menudo implica el uso de tasadores y otros expertos.

• Distribución - Por último, el tribunal distribuirá equitativamente los bienes del matrimonio. De acuerdo con la Ley de Distribución Equitativa, la división de los bienes y las deudas debe ser equitativa, a menos que el tribunal decida que dicha distribución no sería equitativa. Todas las decisiones relativas a la división de los bienes conyugales son definitivas, y sólo se pueden apelar si el tribunal ha abusado de su sana discreción durante el proceso de distribución.